5 de octubre.
Hoy celebramos el día de Morón.
Las comunidades locales, así como las naciones, fijan la fecha de sus fiestas a veces en relación con un acontecimiento fundacional –por eso los argentinos celebramos el día de la Revolución de Mayo o el de la Independencia-; a veces con la celebración de alguien que la tradición de sus pobladores identifica como su protector o protectora. Este es el caso de nuestro municipio: se ha establecido el 5 de octubre porque este día es la festividad de Santa María, en su advocación de la Inmaculada Concepción del Buen Viaje. El surgimiento de Morón tiene estrecha relación con esta devoción. La población se fue formando alrededor de la posta en el camino real a Chile y al Alto Perú, desde el puerto de Buenos Aires. A partir de esta posta se iniciaba una travesía llena de dificultades. Por eso seguramente despertó fuerte adhesión la costumbre de orar ante la imagen de la Virgen María en la ermita erigida junto a la posta, para implorar su protección en el viaje. La advocación de la Virgen del Buen Viaje se hizo popular. En 1730, la que anteriormente era un simple oratorio fue reconocida como parroquia de Morón, puesta bajo el patrocinio de Nuestra Señora del Buen Viaje.
En 1785 el pueblo de la Cañada de Morón se convirtió en una entidad administrativa independiente, por decisión del Cabildo de Buenos Aires. Esta entidad autónoma comprendía un territorio que se extendía desde el actual barrio de Flores hasta el fortín de Lobos, en la frontera con la región en la que habitaban las tribus indígenas. Este año se cumple el aniversario 238 de ese surgimiento como entidad autónoma; podemos decir que es el cumpleaños 238 de Morón.
Como la mayoría de las ciudades, Morón tiene su escudo con los símbolos que identifican el partido. En nuestro escudo aparece la imagen de la Virgen del Buen Viaje, la carreta tirada por los bueyes que era el vehículo en que se realizaban las largas travesías y la cruz del sur, que era la guía de los viajeros para orientarse en los caminos.
Es muy bello que nuestro municipio se relacione con realidades de tan fuerte simbolismo: el camino, el viaje. Y no cualquier viaje, el buen viaje, aquel que tiene una meta a la que se propone llegar, como un punto de avance en un proyecto vital.
El escudo de Morón incluye también una frase en latín: Surgit Moron et nos secum fert: Se alza un morón y nos lleva consigo (en el sentido de que nos orienta, nos eleva). Existen diversas versiones sobre el origen del nombre del partido. Una se atribuye al hecho de haberse elegido un montecillo o morón para ubicar el fortín –del cual no existen datos concretos de su real existencia- en una zona alta. La inscripción del escudo se refiere a este significado.
Otra versión sobre el nombre de Morón se basa en que entre los primeros pobladores que se radicaron figuraban algunos españoles naturales de la ciudad andaluza de Morón de la Frontera. Una tercera versión (y la más aceptada por los historiadores) dice que el nombre responde a uno de los más antiguos pobladores, el Capitán Diego de Morón, que se estableció con su familia en esta zona, instalando un molino que trajo prosperidad al lugar. Pero, al margen de esta discusión, seguramente para los viajeros la existencia de la posta en la pequeña elevación del terreno, en la pampa, surgía como un punto orientador que guiaba.
El 5 de octubre se celebra en la Argentina el Día del Camino, instituido por ley del Congreso en 1932, porque en esa fecha se inauguró en Buenos Aires el Primer Congreso Panamericano de Carreteras.
El caminar, la marcha, se han utilizado como símbolos de la vida de cada persona y de la historia colectiva. Las personas, individualmente, pero sobre todo como pueblo estamos llamados a avanzar,a progresar, con un sentido. El camino es hacia un horizonte de esperanza, para alcanzar un mundo más justo, más libre, más fraterno.
Lo decisivo es avanzar con una orientación y que esa orientación sea la acertada. No siempre el camino acertado es el más fácil, por haber sido el más transitado. Se necesita, en la historia personal y social, abrir nuevas sendas para alcanzar nuevas metas. Ante las dificultades, se impone que nos demos apoyo para que, a pesar de las dificultades, sea -el de nuestros pueblos y el de la humanidad toda- un buen viaje.