Entendemos que hay desaparición forzada de una persona cuando se la arresta, detiene, secuestra o de cualquier otra forma se la priva de libertad por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola en consecuencia a la protección de la ley.
La desaparición forzada de personas es una grave violación de los derechos humanos. Las víctimas desaparecidas, privadas de la protección de la ley y “desaparecidas” de la sociedad, se ven efectivamente obligadas a perder todos sus derechos y a merced de sus captores. Algunos de los derechos humanos regularmente violados por las desapariciones forzadas son: el derecho al reconocimiento legal; el derecho a la libertad y seguridad personales; el derecho a no ser sometido a torturas u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; el derecho a la vida en caso de muerte de una persona desaparecida; el derecho a la identidad; el derecho a un juicio justo y garantías jurídicas adecuadas; el derecho a un recurso efectivo y a protección e indemnización jurídica; el derecho a saber la verdad sobre las circunstancias de la desaparición.
El delito de desaparición forzada se comete en diversos lugares del mundo. En nuestro país fue una práctica sistemática durante la dictadura que se apoderó del Estado en marzo de 1976. Esa práctica sistemática de la desaparición de personas configura un delito contra la humanidad, que no prescribe y que no puede ser beneficiado con medidas de olvido o indulto legal.
La Asamblea General de Naciones Unidas ha adoptado, como tratado internacional de Derechos Humanos, la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas y ha declarado el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. El centro de esta conmemoración es el recuerdo respetuoso de los millones de personas que han desaparecido en todo el mundo a través de los años, la decisión de continuar la búsqueda de verdad y justicia frente a estos crímenes y el propósito de que nunca más se repitan.